Dios nos llama en amor o … en dolor (2ª Parte)


El titulo nos deja pensar un rato en lo que nos ha sucedido en nuestra propia vida.
Si analizamos con cuidado, podremos darnos cuenta de que quizás en nuestro caminar, en algún, momento hubo “señales de alarma”.
Ya fuera que alguien nos hiciera un comentario con respecto a la decisión que íbamos a tomar, o que las mismas circunstancias nos hablaran de que NO sería lo más sabio lo que pensábamos hacer.
De todas maneras, a pesar de esas “señales”, estábamos dispuestas a seguir adelante con nuestra decisión; y… nada ni nadie nos iba a detener.
Existe un principio en donde nos dice que: -“toda decisión tiene consecuencias”.
Y, lo que sucede, es que muchas veces ¡NO NOS GUSTAN LAS CONSECUENCIAS! Te invito a que analices junto conmigo la siguiente historia.

Pepita era una jovencita de 18 años, que vivía con su familia; papá, mamá y una hermana. Ella sentía, como la mayor que era, que desde que había nacido su hermana, ella había sido desplazada por sus papás, y por más que se esforzaba por tratar de complacerlos, no lograba sentirse amada por ellos; más bien rechazada, con agravantes de violencia cuando las cosas no eran como a ellos les gustaba.
Ante esta situación, y ya trabajando, conoció a un hombre que su padre le presentó con el argumento de trabajar con él.
Este hombre al darse cuenta de la situación emocional de ella, no tardó en tomarla a la fuerza. Él era mayor que ella cerca de 20 años.
Después de esto, ella sintió que como mujer ya no valía nada, pues le habían inculcado valores morales muy altos; y el mundo se le vino encima.
Seis años después de eso, conoció a otro hombre a quien también le presentaría su papá, para trabajar.
Él era un profesionista que estaba en etapa de crecimiento como tal, y en un momento determinado comenzaron a relacionarse.
Él era casado. Pasado un tiempo, a ella se le presentó la oportunidad de viajar a España por parte de una compañía, con vistas a ser preparada para trabajar a nivel internacional.
Al despedirse en el aeropuerto, ella le dijo: -“El tiempo y la distancia ponen orden a todo.”
Pasaron algunos meses, en los cuales, ella viviendo en Madrid, aprendía cuanto podía en la oficina, pero los fines de semana en los que no se abría la oficina, para ella representaban tiempos de estar encerrada en su cuarto que había alquilado en un Hostal y ahí la SOLEDAD la estaba destruyendo.
Un lunes, al llegar, le dijeron que había en la contestadora un mensaje desde Londres. Se sorprendió, pues no conocía a nadie ahí.
Lo primero que oyó de su boca fue decirle que se había divorciado y que quería casarse con ella.
¿Qué hubieras pensado tú en su lugar?-
-Que solo alguien que deveras te ama es capaz de hacer semejante viaje para pedirte que te cases con él,… o no?
Regresaron a México, él habló con la familia de ella, diciendo que se casarían y que el bebé que ya estaba esperando, no habría problemas porque él la amaba.
¿Se oye bien no?
Pasó el tiempo y el bebé nació, pero no se casaban porque “faltaba una firma”.
Nacieron dos bebés más, pero a él siempre le faltó la firma, para estar legalmente divorciado y poder casarse.
Hasta que hubo un día en que ella “abrió los ojos”, pues no había querido ver su realidad.
Era demasiado doloroso el darse cuenta de que nunca sería su esposa, y por lo tanto a los ojos de la sociedad y de ella misma estaba en adulterio.
Buscó ayuda en la religión que le habían inculcado sus padres, pero ahí solo recibió condenación en grandes dosis.
Todas las noches, después de dormir a sus hijos, se abrazaba a su almohada y ahí gritaba con todo su corazón el dolor que la estaba destruyendo, y diciendo:
-“Dios si deveras existes, dame una vida nueva.”
Un día una mujer le mencionó que en una iglesia habían encuentros de 3 días; se animó y fue.
Allí la estaba esperando, sin saberlo, el mismo Sr. Jesucristo, diciéndole aquellas dulces palabras que en la Biblia, en Juan 8, él mismo le dijo a la mujer adúltera.
-“Ni yo te condeno. Vete y no peques más.”
Ese fue el inicio de la más hermosa relación de amor, que durante los siguientes 20 años ha sido la motivación e inspiración para ayudar a otras mujeres que como ella, también están siendo LLAMADAS EN DOLOR.

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